La tendencia hacia la automatización de vehículos cobra impulso cada día y este sector esta repleto de oportunidades con avances muy prometedores.
Pero nuestras ciudades, gobiernos y entidades de transporte aún se están poniendo al día en lo que respecta a la infraestructura para poder respaldar estos vehículos, su comprensión y capacidad para manejarlos.
¡Los vehículos automatizados ya están aquí!
Un gran ejemplo es el metro de lima en el que se operan trenes de pasajeros sin conductor, es decir, que son operados remotamente, y solo son monitoreados desde el Puesto Central de Operaciones (PCO)
Los automóviles que conducimos hoy en día tienen diversos grados de automatización, que podemos comparar con los niveles de automatización de la Sociedad de Ingenieros Automotrices (SAE).
A nivel mundial se vienen probando y van saliendo al mercado autos nuevos que vienen con frenos de emergencia, prevención de choques, control de estacionamiento, control de crucero habilitado por radar.
Estos niveles de automatización han ido aumentando gradualmente y continuarán aumentando su capacidad y complejidad en los próximos años, hasta que (posiblemente) alcancen el Nivel 5 de automatización (como se muestra en el gráfico anterior).
¿Qué son los niveles de automatización?
Cuando miramos hacia este futuro, ¿Cuál es el destino que encontraremos?
¿Los vehículos automatizados y los trenes sin conductor cumplirán su promesa de ser más rápidos, seguros, limpios y confiables?
¿O simplemente producirán una serie de nuevos patrones de viaje que crearán más congestión, contaminación y peligro?
Implicaciones para el trabajo y la seguridad
Los vehículos autónomos pueden salvar vidas y mejorar la seguridad vial; sin embargo, existe la preocupación de que puedan destruir puestos de trabajo y se predice que más de 400 000 puestos de trabajo de conducción podrían verse afectados por esta tecnología.
Estos incluirían conductores de trenes, trabajadores del sector del transporte de mercancías, así como taxistas y, por supuesto, ya no necesitaríamos tantos instructores de conducción.
La otra cara de la moneda es que se crearán nuevos puestos de trabajo, nuevas oportunidades de trabajo en las que nunca antes habíamos pensado, particularmente en los sectores de ingeniería, análisis de datos y robótica.
Por ejemplo, se requerirán entrenadores humanos para enseñar y modificar las máquinas, y los nuevos roles serán responsables de ayudar a las máquinas a recopilar y analizar montones de datos a los que nunca antes habíamos tenido acceso.
Así como se introdujo el tractor en la agricultura, se crearon puestos de trabajo en las fábricas y la fabricación para el diseño y la importación de tractores y piezas de repuesto, al mismo tiempo que se aumentó la productividad en las granjas y, en última instancia, se crearon muchos más puestos de trabajo de los que la gente podría haber soñado.
Pero la toma de decisiones sobre futuras soluciones de carga debe ser inclusiva, y los operadores deben ser parte de la conversación. Una perspectiva centrada en las personas es vital, no solo los usuarios, sino también los trabajadores del transporte.
Consecuencias para la industria y los impactos en la sociedad
Los vehículos autónomos tendrán un impacto generalizado en la sociedad. Si su integración no se planifica adecuadamente con un equilibrio entre los cuatro pilares de la movilidad (conectada, automatizada, compartida, eléctrica) el impacto en el futuro podría ser negativo, con poblaciones más grandes y mayores volúmenes de automóviles inundando las calles creando más congestión.
La congestión le cuesta a los paises millones cada año debido a la perdida de la productividad por el tiempo perdido en largas colas de vehículos.
Sin embargo, si los vehículos autónomos logran integrarse al sistema de transporte multimodal interconectado (movilidad como servicio), podríamos ver:
- Reducciones en la propiedad de automóviles y aumentos en el uso compartido de vehículos.
- Considerar la capacidad de los pasajeros de trabajar mientras viajan, las posibles ganancias económicas y de productividad podrían ser considerables.
- El bienestar y la felicidad también podrían mejorar compartiendo vehículos y simplemente interactuando más entre ellos.
- Resultados positivos para las personas vulnerables de la sociedad (aquellos con discapacidades físicas, niños pequeños, ancianos)
- brindar opciones más rentables y mejorando la movilidad social y la equidad de acceso.
Tenemos una oportunidad sin precedentes para mejorar la calidad de vida.
¿La política y la regulación están frenando esto?
La política y la regulación deben tener la capacidad de responder y adoptar la tecnología y la innovación a medida que se presenten y ser más ágiles para un futuro conmultiples alternativas.
Con una mayor automatización en nuestras redes de carga y transporte, surge una mayor necesidad de influir a nivel gubernamental. Cada gobierno está lidiando con la creación de políticas y cómo regular y responder a los cambios. Muchas de las políticas actuales se crearon hace más de 100 años cuando los automóviles llegaron a nuestras carreteras por primera vez, y ha habido poca evolución desde entonces.
Necesitamos piratear la política a nivel estratégico y básico. Necesita ser más ágil para satisfacer las necesidades cambiantes de nuestra creciente población. Debe ser más flexible para que los planificadores y operadores de ciudades adapten la infraestructura para satisfacer las necesidades de las personas.
También debemos ser conscientes de las importantes restricciones de creación de financiamiento que enfrenta cada nivel de gobierno, que plantean desafíos sustanciales con respecto a qué tan bien equipados están estas organizaciones para soluciones a estos problemas tan complejos.
Los gobiernos deben habilitar y despejar el camino de cualquier barrera para el progreso, lo cual es un desafío cuando no se pueden predecir nuevos modelos de negocios, como los e-scooters, que sorprendieron a muchas ciudades. La política y la regulación deben tener la capacidad de responder y adoptar la tecnología y la innovación a medida que se presenten y ser ágiles para un futuro incierto.
Con las nuevas tecnologías y los modelos en evolución que alteran todas las facetas de la red de transporte, los gobiernos necesitan apoyo para ayudar a determinar dónde enfocar sus prioridades. ¿Los tomadores de decisiones están haciendo las preguntas correctas, interna y externamente con los proveedores, para determinar las prioridades correctas?
En definitiva, los vehículos autónomos serán comunes en el futuro, pero aún faltan unos años para llegar a esta realidad. Mientras tanto, los fabricantes y los miembros del sector necesitan crear medidas eficaces en materia de leyes y la infraestructura suficiente para poder recibir estos vehículos. La confianza de los usuarios en las compañías fabricantes y desarrolladores de este sector está en juego, ya que no es suficiente ser el primero sino hacerlo bien y seguro.
