Para la prueba China utilizó un helicóptero eléctrico capaz de recorrer los 100 kilómetros en 30 minutos y el viaje cuesta unos 200€.
China marcó un hito en la aviación urbana con el lanzamiento de un nuevo servicio de taxi aéreo que conecta el Aeropuerto Internacional de Pudong, en Shanghai, con la cercana ciudad de Suzhou. Este innovador servicio utiliza un helicóptero eléctrico capaz de recorrer los 100 kilómetros que separan ambas ciudades en tan solo 30 minutos, un ahorro de tiempo considerable frente a las dos horas habituales en automóvil.
El viaje inaugural, que tiene un precio de 1.600 yuanes (unos 200 euros), se puede reservar fácilmente a través de la cuenta de WeChat de New Sky Helicopter, la empresa encargada de operar este servicio. Esta plataforma digital, similar a WhatsApp, facilita la accesibilidad y comodidad para los usuarios interesados en experimentar esta nueva forma de transporte. Las autoridades de Shanghai han anticipado la expansión de este servicio, con la implementación de nuevas rutas aéreas de baja altitud en los próximos meses.
El proyecto no se limita a los helicópteros eléctricos. El futuro de los viajes aéreos urbanos en China apunta hacia los eVTOL (vehículos eléctricos de despegue y aterrizaje vertical), una tecnología emergente que combina las características de los coches eléctricos con las de los drones. Estos vehículos son silenciosos, respetuosos con el medio ambiente, y están diseñados para volar por encima de las congestionadas áreas urbanas, representando una apuesta ambiciosa del gobierno chino para dominar el mercado de vuelos de baja altitud.
AVANCES EN EL TRANSPORTE DE MERCANCÍAS
En un avance paralelo, un equipo de ingenieros chinos presentó un nuevo dron de carga, el más grande fabricado hasta la fecha en el país. Este avión no tripulado, desarrollado por Sichuan Tengden Sci-tech Innovation, tiene una envergadura de 16,1 metros y una capacidad de carga de dos toneladas. Su vuelo inaugural de 20 minutos desde el suroeste de China es una señal más de la creciente inversión en tecnología de aviación no tripulada. Este desarrollo sigue a la reciente prueba del dron HH-100, que puede transportar 700 kilogramos a una distancia de 520 kilómetros, demostrando la capacidad de China para innovar en este sector.
La «economía de baja altitud», como han comenzado a llamarla los medios chinos, se perfila como una nueva industria estratégica para el país. Durante una reunión a finales de 2023, Pekín designó este sector como un motor emergente de crecimiento económico, con el potencial de aportar entre tres y cinco billones de yuanes (entre 278.000 y 630.000 millones de euros) al PIB nacional para 2025. Este impulso se verá reforzado por nuevas subvenciones e incentivos gubernamentales, similares a los que han impulsado el mercado de los vehículos eléctricos en el país.
Los gobiernos locales ya están tomando medidas para construir la infraestructura necesaria, como aeropuertos civiles y puntos de aterrizaje temporales para los eVTOL, en todo el territorio chino. Según Kashif Anwar, analista de la firma Global Strategic and Defence Analyses, esta expansión se debe al rápido avance en tecnologías de drones y al creciente interés del mercado interno.
En el sur de China, la empresa emergente EHang se ha destacado como pionera en este campo, convirtiéndose en el primer fabricante de taxis aéreos eléctricos en recibir la certificación para operar comercialmente. Con su aeronave sin piloto EH216-S, que tiene una autonomía de 35 kilómetros y puede alcanzar velocidades de hasta 100 kilómetros por hora, EHang ha realizado ya varios vuelos turísticos en Guangzhou. La compañía está lista para iniciar la producción en masa tras recibir la aprobación de la Administración de Aviación Civil de China (CAAC), con varios pedidos ya en camino a clientes gubernamentales y corporativos.
A pesar del entusiasmo que rodea a estos taxis voladores, su operación aún enfrenta restricciones significativas, como la prohibición de sobrevolar áreas urbanas densamente pobladas, operar de noche o en condiciones climáticas adversas. Sin embargo, China sigue liderando la carrera por hacer realidad la movilidad aérea urbana, consolidándose como un actor clave en la nueva era de los vuelos a baja altitud.
