La electrificación del transporte público en América Latina se ha convertido en una alternativa eficaz para enfrentar los desafíos medioambientales en las ciudades. En los últimos años, los gobiernos vienen avanzando en la adquisición de buses cero emisiones e infraestructura de carga para brindarle a los ciudadanos una movilidad más limpia y cómoda.
Además, se estima que con la implementación de flotas eléctricas, los países de la región podrían reducir cerca de 1.341 millones de toneladas de CO2 en 2050, según un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
Así evoluciona el transporte público en América Latina
Panorama del transporte público en América Latina
De acuerdo con las últimas cifras de Statista, el número de buses en la región ha incrementado en los últimos años.
El transporte público en América Latina ha tenido una evolución notable en las últimas décadas. Anteriormente, las ciudades dependían de buses que funcionaban a partir de combustibles fósiles, los cuales generaban altos niveles de contaminación en el aire.
En la actualidad, las principales capitales de la región, han incorporado en los sistemas de transporte masivo un gran número de buses eléctricos, logrando ocupar las primeras posiciones en el mundo, como en el caso de Bogotá (Colombia) y Santiago (Chile), con 1.485 y 1.223 respectivamente.
También, como parte de esta transición, se han construido electroterminales con estaciones de recarga para las flotas eléctricas, equipadas con tecnologías inteligentes que garantizan cargas en poco tiempo y de forma simultánea.
Otros países de la región ya están incorporando estas tecnologías, como lo son Venezuela, Uruguay, Perú y Paraguay.
¿Cómo funcionan los buses eléctricos?
Los e-Buses funcionan mediante el uso de baterías eléctricas, que se encargan de almacenar la energía recibida y alimentar el motor, permitiendo que el vehículo se mueva y haga recorridos de hasta 250 kilómetros.
Una vez las baterías se agotan, los buses son llevados a las electroterminales para ser recargados. Para ello, se utilizan cargadores inteligentes, los cuales cuentan con conectores de alta y media potencia para ser utilizados de manera individual o simultánea. Por lo general, el tiempo de carga es de dos a cuatro horas.
Los buses eléctricos también están equipados con sistemas de gestión para controlar el flujo de electricidad entre las baterías y el motor. Estos optimizan el uso de energía para maximizar la eficiencia y la autonomía del vehículo.
Gracias a la tecnología de los e-Buses, no solo se reduce la contaminación ambiental, sino también la auditiva, pues a diferencia de los vehículos con motor de combustión interna, los eléctricos no generan ruido ni vibraciones.
3 beneficios de la movilidad eléctrica masiva para la región
- Conectividad y acceso. Contar con un sistema de transporte público eficiente permite que la población tenga facilidades para acceder a diferentes servicios como educación, salud, empleo y actividades de entretenimiento, pues favorece la movilidad en la ciudad y mejora la calidad de vida.
- Generación de empleo. Desde el momento de la construcción hasta la entrada en operación de los e-Buses se crean oportunidades laborales, que benefician tanto a la comunidad del sector como a la ciudad en general.
- Impacto ambiental e innovación. Gracias a la implementación de la movilidad eléctrica en el transporte masivo, mejora la calidad del aire, se reducen las emisiones de gases efecto invernadero y se promueve un entorno saludable. Por otra parte, se impulsa el desarrollo tecnológico, que lleva a la modernización de las ciudades y las convierte en smart cities.