Las mujeres en Latinoamérica y en muchos otros lugares del mundo suelen sentirse inseguras en el transporte público por diversas razones, entre ellas el acoso sexual, es una preocupación latente entre la comunidad de mujeres que usan el transporte público, enfrentando comentarios ofensivos, tocamientos no deseados o miradas lascivas, lo que genera una sensación de vulnerabilidad y temor.
En varios países del mundo se han implementado programas que si bien es cierto, no es la solución real de la problemática, al menos permite un desplazamiento más seguro. Uno de ellos es el programa “Viajemos Seguras” del metro del Distrito Federal de México, inició en 2007 y que se mantiene hasta la fecha, estableció vagones exclusivos para mujeres, siendo una respuesta a los altos índices de violencia y acoso sexual en el transporte público. El metro de la ciudad de México, con 226 kms y 5.500.00 pasajeros diarios, es la red más extensa y con mayor cantidad de usuarios en toda América Latina.
Por otro lado, el metro de Santiago de Chile, ocupando la segunda posición en el continente con 140 kms de extensión y 2,6 millones de pasajeros al día, también tiene altos índices de acoso y violencia sexual. En el Metro de Santiago 8 de cada 10 mujeres usuarias aseguran haber sido víctimas de acoso y 9 de cada 10 habitantes de la capital afirman que han presenciado una situación de acoso sexual en el transporte público.
Los inicios de dicho programa se remontan al año 1912 en la ciudad de Tokio, se implementó vagones exclusivos para mujeres y así poder disminuir los niveles de acoso, en un primer momento solo cubría horarios nocturnos pero décadas después llegó a ser parte de la cotidianidad en todos los horarios y se extendió a países como: México, Brasil, India, Malasia y Egipto. Los resultado arrojan una experiencia más tranquila y segura para las usuarias de los transportes mencionado.
¿Cómo funciona la zona de mujeres en el transporte público?
En las ciudades que se aplica la zona exclusiva para mujeres, en las áreas del transporte público se puede observar señalizaciones con letreros de color rosa indicando los carriles exclusivos para abordar el metro, generalmente los tres primeros vagones están reservados para mujeres y niños menores de 12 años. También en los autobuses se puede observar un área de asientos color rosa que están reservados solo para mujeres y niños.
Es importante mencionar que el objetivo de las zonas exclusivas para mujeres en el transporte público es atender a una población vulnerable que día a día se enfrenta a diversos grados de violencia sexual.
En Perú
Para muchas mujeres salir de casa se ha convertido en una pesadilla que salta a la realidad cuando se materializa a través de miradas lascivas, comentarios e insinuaciones de carácter sexual, gestos obscenos, tocamientos indebidos y persecuciones en los espacios públicos. En 2022, 9 de cada 10 mujeres ha manifestado ser víctima de acoso sexual callejero en Lima y Callao, según las encuestas de organizaciones en defensa de los derechos humanos.
El Ministerio de Transporte y Comunicaciones menciona que:
Estudios del Instituto de Opinión Pública de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) que abordo no sólo el acoso en el transporte público, sino el acoso callejero en términos más amplios (Macassi, 2013), en el cual se documentó que el grupo de mujeres más afectado por la violencia en espacios públicos es el de las jóvenes entre 18 y 29 años de edad, y que en el Perú siete de cada diez mujeres entrevistadas en ese grupo declararon haber sufrido al menos una modalidad de acoso sexual callejero en los últimos seis meses. En la región Metropolitana de Lima, esa relación aumenta a nueve de cada diez mujeres. El acoso sexual en el transporte y en los espacios públicos tiene un fuerte impacto en las posibilidades de las mujeres de desarrollarse con libertad, ya que limita su ejercicio de otros derechos y restringe de un modo cotidiano sus oportunidades de desarrollo. De acuerdo al estudio de la PUCP, 15% de las mujeres entrevistadas ha sido blanco de roces incómodos y frotamientos en el transporte público o espacios congestionados, frente a una notable menor cantidad reportada por los varones (7%). Asimismo, la encuesta de Lima Cómo Vamos identifica que más del 32% de mujeres encuestadas en Lima Metropolitana y más del 31% en Callao, ha sido víctima de silbidos, miradas persistentes e incómodas, ruidos de besos o gestos vulgares en el transporte público, mostrando una brecha significativa con los varones (14% y 18%, respectivamente).
Tabla 1: Acoso sexual en espacios públicos a nivel nacional
Fuente: Instituto de Opinión Pública de la PUCP
Tabla 2: En los últimos 12 meses, ¿usted o alguien de su hogar ha sido víctima de
alguno de los siguientes hechos? Lima Metropolitana y Callao, 2017
Fuente: Encuesta Lima Como Vamos (Informe 2017)
En las últimas décadas el papel de la mujer en la lucha de igualdad de género ha jugado un papel importante en diferentes áreas de la sociedad, pero en el sector transporte aún quedan muchos aspectos que abordar y desarrollar, ya que es una realidad que las mujeres representan estadísticamente la población que más reporta sufrir diferentes tipos de acoso.
En la actualidad muchos países con el esfuerzo de diferentes organizaciones y sectores sociales han adoptado diferentes políticas anti-acoso, políticas de protección, contra la violencia de genero e igualdad social, así como desarrollar infraestructura o sectorizar los espacios que generen comodidad y seguridad a las mujeres en los medios de transporte.
Visiblemente estas medidas son un avance hacia servicios de transporte más inclusivos y accesibles, hoy celebramos los logros alcanzados y las medidas realizadas, pero la realidad es que debemos apostar más por formar ciudadanos con principios, moral y respeto para vivir en una sociedad más empática.
